sábado, 29 de marzo de 2008

Otra despedida


Hoy no es el momento para reir. Pasan los meses y vuelvo a recaer. La muerte está cerca. Solo pido a Dios que proteja a mi familia. Son las personas que más amo en la vida.

No es justo esta manera de morir. Se va la juventud y se lleva los sueños, tantos proyectos de vida, tanta gente queda sufriendo por la partida.

No es justo que te arranquen así. No es justa esta vida que da un paso tan repentino a la muerte.

domingo, 23 de marzo de 2008

viernes, 14 de marzo de 2008

Ociosa




Nuevamente en casa. Escuchando música, escribiendo, leyendo, comiendo y chateando. Extrañaba estas noches de ocio. Sííí, porque no me tengo que levantar temprano mañana, no tengo que ir a trabajar, no tengo clases en las mañanas y no tengo que cumplir con el maldito horario matutino (hasta ahora).

Han sido días extraños, siestas, televisión y regaloneos. Qué más puedo pedir?...

En realidad mucho, pero las cosas a su tiempo. Ya mañana empiezo con mis actividades, Karamanchel, es la primera junta- reunión- taller que tendremos después de las vacaciones y de nuestro gran estreno 2007.


Lo que más me desespera en este momento es la espera. Esperar un año, una visita, que el pelo crezca, estrenar, que me llamen a una entrevista, que la vida siga su curso y yo a su lado quemando etapas, viviendo, sufriendo, amando, llorando, riendo, en fin...


Ya les dije, es mi momento de ocio.

viernes, 7 de marzo de 2008

Valparaíso





VALPARAÍSO
Qué disparate eres, qué loco, puerto loco, qué cabeza con cerros, desgreñada, no acabas de peinarte, nunca tuviste tiempo de vestirte, siempre te sorprendió la vida, te despertó la muerte, en camisa, en largos calzoncillos con flecos de colores, desnudo con un nombre tatuado en la barriga, y con sombrero, te agarró el terremoto, corriste enloquecido, te quebraste las uñas, se movieron las aguas y las piedras, las veredas, el mar, la noche, tú dormías en tierra, cansado de tus navegaciones, y la tierra, furiosa, levantó su oleaje más tempestuoso que el vendaval marino, el polvo te cubría los ojos,las llamas quemaban tus zapatos, las sólidas casas de los banqueros trepidaban como heridas ballenas, mientras arriba las casas de los pobres saltaban al vacio como aves prisionerasque probando las alas se desploman.
Pronto,Valparaíso,marinero,te olvidasde las lágrimas, vuelvesa colgar tus moradas, a pintar puertas verdes, ventanas amarillas, todo lo transformas en nave, eresla remendada proa de un pequeño, valeroso navío.La tempestad corona con espuma tus cordeles que cantan y la luz del océano hace temblar camisas y banderasen tu vacilación indestructible.

Estrella oscura eres de lejos, en la altura de la costa resplandeces y pronto entregas tu escondido fuego, el vaivén de tus sordos callejones, el desenfado de tu movimiento, la claridad de tu marinería. Aquí termino, es esta oda, Valparaíso, tan pequeña como una camiseta desvalida, colgando en tus ventanas harapientas meciéndose en el viento del océano, impregnándose de todos los dolores de tu suelo, recibiendo el rocío de los mares, el beso del ancho mar colérico que con toda su fuerza golpeándose en tu piedra no pudo derribarte, porque en tu pecho austral están tatuadas la lucha, la esperanza, la solidaridad y la alegría como anclas que resisten las olas de la tierra.
(Pablo Neruda)