
Nuevamente en casa. Escuchando música, escribiendo, leyendo, comiendo y chateando. Extrañaba estas noches de ocio. Sííí, porque no me tengo que levantar temprano mañana, no tengo que ir a trabajar, no tengo clases en las mañanas y no tengo que cumplir con el maldito horario matutino (hasta ahora).
Han sido días extraños, siestas, televisión y regaloneos. Qué más puedo pedir?...
En realidad mucho, pero las cosas a su tiempo. Ya mañana empiezo con mis actividades, Karamanchel, es la primera junta- reunión- taller que tendremos después de las vacaciones y de nuestro gran estreno 2007.
Lo que más me desespera en este momento es la espera. Esperar un año, una visita, que el pelo crezca, estrenar, que me llamen a una entrevista, que la vida siga su curso y yo a su lado quemando etapas, viviendo, sufriendo, amando, llorando, riendo, en fin...
Ya les dije, es mi momento de ocio.
1 comentario:
Seguramente (¡espero!) no estás al lado de la vida sino en la vida... :-) Al leer tu post pensé que a veces me cuestiono eso de considerar la vida en etapas. Es como si al ordenarla así, la entendiéramos como una progresión, como una escalera para llegar a alguna parte. No critico tanto ese modelo porque se me hace atractivo, de modo que tiendo a pensar mi vida como compuesta de pedazos, uno tras de otro, los cuales van quedando atrás, quemados, terminados, cerrados, o cualquier otra metáfora que queramos usar en ellos. Pero sospecho que la realidad es más compleja y la vida bastante más tortuosa que eso. Hay facetas que nunca nos abandonan y evolucionan con nosotr@s. Hay trozos de la vida que revisitamos y volvemos a vivir (idealmente de otra manera). Hay cruces de pasado, presente y futuro que a veces cuesta distinguir. Avanzar es vivir, pero avanzar más lento y a veces decidir no avanzar sino quedarse también es vivir.
E
Publicar un comentario