lunes, 12 de noviembre de 2007

Carta de una desconocida

Los que me conocen saben que odio la mentira y las injusticias. Tampoco ando pidiendo que me crean. Pero mis valores cristianos siempre han estado presentes y no voy a transarlos por nada del mundo.
A veces hay que mirar más allá de lo que quiere nuestro corazón, a veces hay que escuchar y no con los oídos, una vez que tengo las dos caras de la moneda tomar esa desición. Yo me dí cuenta y tomé una, creo que fue la mejor (sin saber lo que esta historia escondía). Ahora si crees que mereces entregar una oportunidad hazlo... Los caminos del Señor son tan misteriosos.
Depende de ti como lo vivas, no tiene porque ser siempre igual. Eso es lo fantástico de los seres humanos.
Esta carta no tiene dueños, no tiene destinatarios, solo tiene un pequeño mensaje...




Camino a Lota...

1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces uno imprime las palabras en el papel sin saber quien encontrará la botella en la otra orilla y lanza palabras al viento sin saber que oídos las recojerán.
Sólo puedo decirte que las palabras de tu carta, tomaron mucho valor en mi corazón, especialmente por el mometno de pena que estoy viviendo. Me dieron una pequeña luz. Eso se agradece.
Andrés.